Salmos 42:1-2 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Hay un grito! Alguien en medio de la desesperación no tiene otra opción que gritar! Auxilio alguien ayúdeme! Habrá alguien quien escuche este grito del alma? Como me he alejado? Qué ha pasado? Dónde esta esa fuente de agua viva que saciaba mi sed? Dónde esta ese pan del cielo que saciaba mi hambre? Donde esta mi ruta? Me he salido del camino? Por qué ya no arde en mí esa llama que antes ardía en mi corazón? Hay un grito! Un grito del alma ! Corre alma mía! Corre a la Salvación!Corre alma mía! Antes que sea demasiado tarde! Como un ciervo clamando, suplicando, Gritando, alguien lléveme a las corrientes de agua viva! !Hay un grito! Lo escuchas?
Oh mi Alma tiene sed de Dios, del Dios vivo!